Estamos en un futuro cercano. Los supervillanos están muertos, encerrados o escondidos. Los superhéroes ganaron. Ganaron..., y se aburren. Para entretenerse, los distintos equipos se dedican a pelear entre ellos por nimiedades, como si de un juego se tratase, sin importarles el daño que hacen a las personas que supuestamente protegen.
Todo empezó cuando Mangog mató a Joker en mitad de la calle, ante cientos de testigos, después de que esté cometiera una de sus "bromas". Superman denunció a Mangog, pero el público se puso a su favor y fue exculpado. Superman, decepcionado, decidió autoexiliarse a la fortaleza de la soledad. Sin Superman, la Liga de la justicia se desbandó. Sin la Liga, los superhéroes permieron su modelo a seguir. Mangog, quien estaba dispuesto a hacer "lo necesario", se convirtió en el nuevo referente para los jovenes.
Pasados los años, durante una pelea entre el parásito y la banda de Mangog, el captitán átomo resulta herido y explota liberando toda la radiación de su cuepo y dejando estéril la zona agrícola del centro de Estados Unidos, lo que provoca una crisis alimentaria mundial. La situación se ha vuelto insostenible, éste es un trabajo para Superman.
Por otro lado, el pastor Norman McCay recibe la visita de Spectre, que le avisa de una catástrofe que se aproxima, incluso mayor que la crisis alimentaria. Norman deberá juzgar quién es el culpable y cuál será su castigo.
¿Qué preocupa tanto a Spectre? ¿Cómo se juntan ambas historias? ¿Acaso Wonder Woman lleva ropa interior bajo la falda? Sólo hay una forma de saberlo, damas y caballeros.
Una historia más madura y profunda que las habituales de DC. Viejas amistades se rompen, otras se recuperan, surgen amores, Luthor debería hacer ejercicio, Green Arrow se ha quedado calvo, ¿qué más queréis? Y si el argumento no os convence, podéis, simplemente, disfrutar de las maravillosas ilustraciones del legedario Alex Ross en la historia que le encumbró..., un poco más. ¡SHAZAM!
No hay comentarios:
Publicar un comentario