Una duda acude a las nuestras mentes, las de los fans de Marvel. ¿De dónde sacan los malvados el dinero para su equipo? En esta saga de cinco capítulos, corta pero intensa, Bendis nos resuelve el enigma.
Durante la detención rutinaria de uno de los "supervillanos tecnológicos", Jack O'Lantern, éste insinúa que alguien le está financiando, pero no consiguen sacarle nada más. Nick Fury pone a los agentes Woo y Sitwell a investigar. Éstos interrogan a otros supervillanos hasta que consiguen un nombre, Phineas Mason, Tinkerer. Mason escapa, con lo que Fury envía a Black Widow a seguirle. El viaje de Mason termina nada menos que en Latveria, donde le recoge un coche del gobierno. Latveria está financiando supervillanos.
El juego ha cambiado, ya no se trata de robos de bancos y peleas en la calle. Se trata de terrorismo. Y Nick Fury sabe como tratar con terroristas. Si Latveria emplea supervillanos contra EEUU, EEUU usará superhéroes. Fury reúne un equipo, Wolverine, Cage, Spider-man, Captain America, Black Widow y Daredevil, para... Eso es clasificado.
Un año después, alguien ataca a Cage en su casa y lo hiere de gravedad. El secreto ha sido descubierto. Nick Fury debe pagar por sus crímenes, ya que, lo que hizo, lo hizo sin el permiso de el gobierno de EEUU ni del consejo de seguridad.
Bendis llega a Marvel pisando fuerte, aplastando, demoliendo. No nos cortemos, caguémonos en los pantalones. Y, ya de paso, disfrutemos del arte de Gabriell Del'Otto.
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